CON CRISTINA HAY FUTURO PORQUE HAY PRESENTE
En la década del 90’, el modelo neoliberal extendió en su bandera la “Teoría de Derrame”, o también conocida como la “teoría del goteo” o “trickle down effect”. La misma consistía en que al producirse un crecimiento económico, es decir un aumento en el PBI, el mismo impactaría favorablemente en las capas sociales con ingresos más bajos de la sociedad. Su explicación se debe a que el crecimiento genera gradualmente mayor empleo, más ingresos y mayor consumo para la sociedad en su conjunto, disminuyendo la desigualdad en todos sus sentidos, dado que las mencionadas capas sociales crecerían más rápido que las de ingresos más altos. Sin embargo, lejos estuvo esa teoría de cumplirse en la realidad. Por el contrario, los niveles de desocupación, pobreza, indigencia, informalidad, desigualdad social, económica y financiera, entre otros, fueron aumentando en forma progresiva y continua hasta desembocar en la crisis de 2001. Cambiando el rumbo, desde el año 2003, momento en el cual Néstor Kichner pone en marcha el Modelo Nacional y Popular, el crecimiento económico, que hasta 2011 se ha situado en un promedio cercano al 8% anual, ha sido acompañado por un conjunto diverso de políticas sociales implementadas por un Estado que retoma su rol de protector social y que focaliza su accionar, desde entonces, a la resolución de los problemas heredados del neoliberalismo, en pos de mejorar la calidad de vida de los sectores mas desprotegidos y vulnerables de nuestro país. Por esta razón, el crecimiento del PBI y los superávit económicos logrados no son un fin en sí mismo para el modelo actual; son condiciones necesarias pero no suficientes. Por el contrario, la búsqueda persistente de alternativas que precisamente amplíen las fronteras de la inclusión social para las clases y grupos sociales más desprotegidos y “olvidados” ha sido el objetivo primordial y la carta ganadora. En este sentido, las políticas sociales llevadas a cabo desde el 2003, han ocupado un papel relevante en esta “nueva etapa”, donde el Estado ha tomado un papel activo, presente y promotor del desarrollo con equidad social. El Gobierno Nacional ha puesto como ejes de la política social a la familia, el trabajo y las organizaciones sociales, y en coordinación con los diferentes Ministerios, la Administración Nacional de la Seguridad Social –ANSES- y organismos no gubernamentales ha impulsado importantes programas productivos, educativos y de empleo, que junto con las asignaciones para embarazadas, madres solteras y la asignación universal por hijo (AUH), que lograron un gran impacto positivo en la sociedad.
GEENAP-PATRIA GRANDE
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