FONDOS BUITRES 2
¿Qué son los fondos buitres?
Tradicionalmente
se conoce como "fondos buitre" a organizaciones que operan en las
economías de todo el mundo detectando una deuda impaga y saldándola ante el
acreedor.
Luego
de ese paso inicial presionan al deudor para forzarlo a pagar sumas más
elevadas que la deuda original, incluso bajo amenaza de llevarlo ante un
tribunal. Son fondos especuladores que compran a precio módico deuda de países
pobres en problemas económicos y financieros con el propósito de entablar
procedimientos judiciales para obtener sumas considerablemente mayores a la
deuda original.
En
el sistema financiero internacional, cuando un país tiene problemas económicos
y se presume que la situación tiende a desmejorar, sus bonos y emisiones de
deuda pierden valor en el mercado, generando la necesidad de los bonistas o
tenedores de aquello títulos de desprenderse de ellos a bajos precios.
Precisamente en ese momento aparecen los fondos buitre comprando aquellos
títulos. Esta situación se dio en América Latina a partir de las crisis
financieras de fines de los ’90 y particularmente con el default argentino
de 2001, pero también ocurrió en muchos países de África y actualmente en
algunos europeos, como
por
ejemplo Grecia.
Los
fondos buitres, entonces, actúan como aves rapaces, de allí su denominación. No
abandonan la vigilia hasta comerse los despojos, en este caso persiguiendo
obstinadamente cobrar el valor nominal de bonos más cuantiosos intereses sobre
deudas compradas por centavos, generalmente a países en desarrollo que sufren o
sufrieron crisis económicas agudas. Hoy en día son muchos los países del mundo
que se encuentran en esta situación, actuando los fondos buitre sobre ellos de
manera ofensiva. En este sentido, recientemente, Liberia, Zambia, Congo, Perú,
Ecuador y Argentina fueron objetos de demandas presentadas por estos grupos,
tal como veremos más adelante en este trabajo. Sin embargo, como decíamos, los
fondos buitres no distinguen entre países ricos y países pobres ya que
actualmente han adquirido bonos de la deuda griega especulando con un posible default del país
para comenzar a accionar.
Así
es que proceden frente a aquellos países que ofrecen restructuraciones de deuda
y de la mano de aquellos que no aceptaron los diferentes canjes con el objetivo
final de -en virtud de la capacidad económica que disponen para hacer frente el
tiempo necesario para estas soluciones- poder efectivizar el cobro de la deuda
original sumados sus intereses.
El
accionar de estos grupos, cuyos domicilios tienden a ser paraísos fiscales
cuando no se encuentran en territorio norteamericano o inglés, es duramente
criticado a nivel internacional. Incluso hay proyectos de ley que tienden a
preservar patrimonios y regular su procedimiento en el Parlamento ingles 2 y
norteamericano. En el caso de Bélgica también, ya que después de haber sido
este mismo país víctima de un fondo buitre, al arrebatarle casi 12 millones de
euros de la cooperación al desarrollo en Congo ha abierto el camino con la
adopción,
en enero de 2008, de una ley que tiene como artículo único una disposición
clara para luchar contra estos fondos: «Las
sumas y bienes destinados a la cooperación internacional belga, así como las sumas y bienes
destinados a la ayuda pública belga aldesarrollo –y las demás que conciernen a
la cooperación internacional belga-, son inembargables e intransmisibles»3
Como vemos, pues, los fondos buitre actúan de manera inmoral. La
Fragata Libertad, buque escuela argentino, o el dinero de la cooperación
internacional para un país necesitado son pasibles de embargo ante ese
accionar. Estos grupos viven entonces de invertir con altos riesgos amparándose
a su vez en legislaciones que protegen inversiones y, como generalmente se
trata de inversores con domicilio en Estados Unidos, realizan una política de
lobby en el Ejecutivo, pidiendo sanciones oficiales, y en el Parlamento,
buscando la sanción de leyes que permitan su accionar o impidiendo la sanción
de aquellas que juzgan
su desempeño, alegando que el país deudor no cumple sus
compromisos frente a
“ciudadanos” y “contribuyentes” americanos. También estos fondos
buitre operan buscando juzgados afines, como el del juez Thomas Griesa en Nueva
York. Y cuando no operan a nivel local en Estados Unidos a partir de todos
estos estamentos encuentran en organismos como el CIADI un ámbito de presión de
carácter internacional.
Efectivamente el CIADI, un tribunal arbitral creado en 1965 con
sede en Washington y dependiente del Banco Mundial, se dedica a resolver
controversias entre países e inversores extranjeros, pero básicamente pretende
dar garantías a los inversores frente a las “arbitrariedades” de los gobiernos
de los países que reciben estas inversiones. De esta manera, se transforma en
el reflejo legal del concepto de seguridad jurídica. Es que el CIADI funcionó desde la crisis como un gendarme de los
intereses de las multinacionales y no como un árbitro imparcial para dirimir
diferencias sobre inversiones extranjeras. Por ejemplo, de los 123 juicios que
seguía en 2008, 122 eran de empresas contra Estados y sólo uno de un Estado
contra una empresa4. Y de ese total, la mitad correspondían a demandas contra
naciones latinoamericanas. En este sentido, nuestro país posee una particular
situación ante este organismo, dado que resulta ser la nación más demandada en
el mundo ante el CIADI, con 49 casos.
Es
decir, los fondos buitre construyen un amplio abanico de espacios por donde
operar presionando también mediáticamente en función de su fuerte poder de
lobby para la ejecución de sus intereses.
2El Parlamento británico
votó en 2010 la prohibición de los llamados “fondos buitres” que sacan provecho
de la deuda de
países del tercer mundo Una de sus primeras consecuencias fue
impedir que un fondo cobre a Liberia £12 millones por
una deuda que databa de 1978.
3 http://www.senate.be/ (doc. nº 4-482/4)
4 Según
un informe de 2008 del Centro para la Política Internacional (CPI), una ONG con
base en Washington.
GEENAP
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