martes, 30 de octubre de 2012

FONDOS BUITRES 3 El caso argentino





Como siempre, el accionar de estos fondos comienza con las dificultades económicas y financieras de los países. En el caso argentino, luego de las emisiones de deudas anteriores al año 2001 nuestro país ingreso en default, intentando desde entonces cumplir con sus
obligaciones, ofreciendo dos canjes de deuda, a los que ingresaron la mayoría de los bonistas, minoristas y mayoristas, que reconocieron el esfuerzo realizado por Argentina para regularizar su situación y consideraron aceptables las condiciones de los canjes ofrecidos. Entre los dos canjes, el de 2005 y el de 2010, alrededor del 92% de los tenedores de deuda aceptaron el ofrecimiento argentino, lo que hecha por tierra el argumento de los fondos buitres de que la “oferta” argentina era inaceptable5.
El resto de la deuda se encuentra en manos de estos fondos, al igual que las demandas de empresas que se vieron perjudicadas por la pesificación de deudas argentinas y el abandono de la Convertibilidad post 2001 operando de acuerdo a lo ya expuesto, es decir, buscando el espacio y el lugar adecuado para hacer valer sus exigencias, siendo el departamento de Estado, el Banco Mundial, el CIADI o la justicia norteamericana.
En este sentido, el nivel de demandas que tiene o tuvo el país parece ser entonces directamente proporcional al abandono de las políticas de los ’90, y estos litigios marcan el nivel de dependencia y relación que las políticas llevadas adelante en aquella década con las políticas de libre mercado sin intervención estatal. Al mismo tiempo, es también coincidente el peso específico de estas demandas al alejamiento del FMI del control de las políticas económicas en nuestro país.
Actualmente, el listado de fondos que accionan en contra de Argentina asciende a 47. Sin embargo, se trata sólo de variaciones en la composición accionaria entre los mismos fondos buitre, que se identifican por alguna letra o número.6
El Banco Mundial estima que más un tercio de los países que han cumplido los requisitos de sus respectivos programas de alivio de la deuda han sido blanco de al menos 26 fondos buitres, que han recibido hasta ahora pagos por un total de US$1.000 millones.
Se trata, entonces, de un accionar perverso. Organismos financieros internacionales que entendiendo la economía de una manera ortodoxa presionan a los gobiernos a implementar sus políticas, recetas y métodos. Los países lo hacen pero se endeudan, entran en crisis,
ajustan y dejan de pagar, reestructuran y allí aparecen los fondos buitre comprando deudas a centavos y litigando contra los mismos Estados, exigiendo cobros totales con el apoyo del CIADI y de tribunales de países del primer mundo. Si el país se niega son obligados a pagar con laudos arbitrales negativos en el CIADI (amparados por legislaciones que protegían inversiones sancionadas por la recomendación del FMI y Banco Mundial, como los Tratado Bilaterales de Inversión) siendo excluidos del sistema financiero mundial y aislados de nuevos prestamos, casi como parias. Argentina se inclinó por esta opción pero
¿qué les queda a países con menor capacidad económica de recuperación?
Por lo tanto, resulta necesario destacar que el tema es una arista mas enmarcada en la disputa política, económica, conceptual y ahora jurídica respecto de las políticas implementadas durante la década del ’90, con resultados nefastos para la sociedad.

5 www.politicapress.com

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