lunes, 22 de octubre de 2012


El MERCOSUR y la integración latinoamericana

 
“El MERCOSUR y la integración latinoamericana deben ser parte de un verdadero proyecto político regional. Para nosotros, en ese marco, el fortalecimiento del MERCOSUR constituye un paso estratégico, pues su profundización hacia otros aspectos institucionales que deben acompañar a la integración económica y ampliarse buscando nuevos miembros, ayudará a una mejor presencia en el marco internacional actual fortaleciendo nuestras posturas.” Néstor Kirchner" 

El MERCOSUR, la UNASUR, la CELAC son órganos si se quiere autóctonos, nacidos por la voluntad de quienes habitan estas tierras y defienden sus intereses. Para decirlo sin eufemismos, frente al mundo que se avecina nos va a ir mejor con UNASUR que con la OEA, con MERCOSUR antes que con ALCA y aquí además de un posicionamiento ideológico se impone una mirada pragmática sobre el futuro. El Cono sur de América es la única región del mundo que bien podría vivir aislada sin tener inconvenientes energéticos y alimentarios. No se trata de ir en contra del paradigma liberal de las ventajas comparativas, el mercado y la globalización pero bien podríamos, como diría Aldo Ferrer, vivir con lo nuestro. Esta región es nuestro futuro y afianzar relaciones con ella, fortalecer los ámbitos de cooperación y otorgarle institucionalidad a ese vínculo para mejor defender los intereses comunes deberían ser los ejes por donde transite la diplomacia regional. Además, resulta claro que, por ejemplo, Argentina es mejor país relacionándose con sus vecinos. En esa relación somos una potencia intermedia, exportamos bienes industriales, creamos valor agregado, somos referentes culturales y un país en cierto modo faro por su política migratoria abierta, por una economía diversificada, con una historia social y política de movilidad ascendente, con condenas a sus genocidas y dictadores y con un territorio apto para extraer de él mucho alimento y energía, negociando en pie de igualdad con todos y acercándose a la región con infraestructura y gestión diplomática. En una relación con Europa y Estados Unidos y porque no China somos un país mucho más pequeño en cantidad y calidad. Se constituye una relación más desigual. Somos los chicos, los que exportamos como siempre materias primas y los que tenemos desigualdades internas, lo que no aprovechamos nuestras ventajas naturales. En esa negociación tenemos más que perder que ganar porque a pesar de tener mucho para ofrecer tenemos escaso poder para hacerlo valer. Esta situación se replica en cada uno de los países de la región. Por eso enfrentar al mundo aislado es garantizar la desventaja y eso repercute en mas debilidad internacional y mas desigualdad interna. Belgrano, San Martín, Bolívar, Perón han presentado históricamente propuestas de integración sabiendo claramente la importancia estratégica de la región para el conjunto. Sin embargo, el modelo liberal nos ha alejado. Durante años con los países de la región hemos dejado de vernos, de oírnos, de conocernos y eso nos ha hecho más débiles frente al mundo. Por esto mismo, debemos resaltar el momento histórico que estamos atravesando en la región entrado ya el siglo XXI y profundizarlo al tiempo que defenderlo teniendo en cuenta siempre los desafíos que se avecinan. En este caso, algunos de ellos pasan por la consolidación institucional de cada uno de los bloques que integramos. Por ejemplo, terminar el mercado común, las asimetrías y las estrategias de desarrollo complementarias en el caso del MERCOSUR. Porque es allí además donde se concentra grueso de las exportaciones con valor agregado que hace la región. A pesar de los intentos por sustituir importaciones una porción importante todavía de lo que la región vende al mundo lo componen las materias primas tradicionales de cada uno de los países. Sin embargo, como dato revelador es que la integración efectiva que se dio, en los últimos años, en lo económico-político favoreció en mayor parte a las exportaciones regionales con valor agregado, utilizando más trabajo nacional y regional. A su vez, se impone replantear el relacionamiento con Estados Unidos, China y el resto de los países y bloques emergentes del mundo En este sentido, los distintos bloques (MERCOSUR, UNASUR, CELAC) debe definir sus posturas y marcos de acción y el posicionamiento regional en relación a la Unión Europea, especialmente en relación a la culminación de la Ronda Doha de la OMC, su relación con Estados Unidos luego del freno al Proyecto del ALCA y, especialmente, la posición a adoptar respecto de Asia y China en los ámbitos económicos y comerciales que ya representan una porción determinante del comercio de la región. Al mismo tiempo, la región debe generar cohesión y aceptación social y aquí el cambio debe ser no solo político sino cultural y los ciudadanos deben ser los protagonistas de este proceso. Por último, la región debe hacerse fuertes políticamente para responder a los desafíos destituyentes en cada uno de los países por parte de aquellos sectores opuestos al eje mencionado de modificación de estructuras productivas más proclives hacia lo industrial, mas justicia social y mas integración siempre presentes en cada uno de los países. Lo intentos destituyentes en Venezuela, Ecuador y Bolivia y la destitución de presidentes legítimos como en Honduras y Paraguay debe hacer pensar a los países de la región en la importancia de la defensa de la idea democrática ya que la misma en estos años va de la mano de un integración efectiva y provechosa de los ciudadanos de la región históricamente postergados.

 GEENAP- PATRIA GRANDE

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