domingo, 11 de noviembre de 2012

Efectos positivos



La combinación de las regulaciones cambiarias y comerciales actuó eficazmente como instrumento disuasivo de la competencia desleal en los sectores que padecen altos niveles de informalidad en la comercialización. Hasta la aplicación de la nueva normativa, los comerciantes ilegales eludían controles mediante la subfacturación de montos y/o volúmenes y la utilización de posiciones arancelarias no monitoreadas por los instrumentos de política comercial vigentes. Estos operadores quedaron, en general, fuera del mercado del dólar oficial de importación por no poder justificar ante la Secretaría de Comercio Interior sus necesidades de compras al exterior.
Los que insisten con procedimientos ilegales deben soportar grandes aumentos de costos por tres motivos principales: pagan tanto el dólar ilegal como aranceles financieros las transferencias al exterior (se abona alrededor del 6% de recargo por este concepto), la agregación de etapas de control encareció el contrabando y las demoras administrativas de los nuevos procedimientos implican mayores gastos de almacenamiento de mercadería en el puerto. Las regulaciones implicaron que sólo sea rentable importar ilegalmente productos de alto valor agregado que justifiquen los mayores gastos operativos. En consecuencia, los entramados con alta integración productiva nacional, orientados a abastecer al mercado interno, como la cadena de valor textil, la marroquinería y la industria de alimentos y sus proveedores locales reactivaron su producción sustituyendo importaciones. Las medidas también mejoran la competitividad de las empresas formales. Pueden acceder a los insumos y bienes de capital y repuestos externos que requiere su producción al valor del tipo de cambio oficial, con lo cual se ha configurado un escenario muy interesante para el desarrollo de la actividad productiva. El precio de la incorporación de tecnología externa, en relación al costo laboral, es el más bajo de los últimos 30 en la mayoría de los sectores productivos y se ha logrado sostener un mercado interno fortalecido que alcanza el mayor tamaño de su historia con un sistema de administración comercial que preserva el desarrollo industrial local.
No obstante, como en todo proceso de transformación estructural y, en el marco de la reconstitución de capacidades estatales, han emergido problemas puntuales de falta de insumos o de bienes de capital y repuestos que, por problemas de escala o porque su desarrollo necesita cierto tiempo para la maduración de las inversiones y políticas al respecto, dificultan el desarrollo productivo.
Hacia delante, a medida que los stocks de niveles de importación record de 2011 se vayan agotando y se efectivicen las mejoras salariales acordadas en paritarias se espera un mayor dinamismo de la economía. También será importante el nivel de desdolarización de las operaciones inmobiliarias y que comience a tener efecto el plan nacional Pro.Cre.Ar para que el mercado de la construcción responda más a las necesidades de acceso a la vivienda de sectores asalariados y menos como actividad rentística. Finalmente, además de la evolución de la economía global y la de Brasil en particular, será esencial en el funcionamiento de la economía local la acción de políticas industriales específicas a cada rama productiva. Ellas deben implicar una distribución de rentas que logre traccionar inversiones en función de los requisitos de un desarrollo productivo con inclusión social. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario