Frente
a la situación descripta, en noviembre de 2011, el gobierno tomó importantes
medidas que apuntaron a preservar el caudal de dólares que acumuló el proyecto nacional
de crecimiento con inclusión social y a orientar estratégicamente la
utilización de las divisas generadas por el país. Entre las políticas de mayor
impacto se destacan:
a. Liquidaciones
de divisas: el Banco Central dispuso que todas las divisas obtenidas por
exportaciones de hidrocarburos y recursos mineros se liquiden en el mercado
local (antes podían retenerse en el exterior). Esa medida mejoró el flujo de
dólares que ingresan al país. Hasta esa decisión, el sector petrolero tenía que
ingresar al menos el 30% de las divisas obtenidas por sus exportaciones,
mientras que la minería podía dejar fuera de la plaza local el 100% de las
divisas obtenidas por sus ventas externas.
b. Repatriación
de capitales de las aseguradoras: el gobierno estableció que las compañías
aseguradoras radicadas en el país tengan que repatriar sus fondos (divisas)
invertidos en el exterior.
c.
Mayores controles en la administración comercial: Ante el panorama
descripto de fines de 2011, la política de mayor regulación de las
importaciones, vigente desde noviembre de 2011, a través de las Declaraciones
Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y controles exhaustivos en la Aduana
a través, por ejemplo, de las extracciones de muestras evitó que el mercado
interno sea un refugio de los excedentes de mercancías rechazadas por las
economías en recesión.
d. Regulaciones cambiarias: La otra importante medida aplicada en
simultáneo a los a las nuevas disposiciones en materia comercial fueron las
limitaciones en la compra de divisas para atesoramiento, la cual fue profundizada desde
mayo de 2012.
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