sábado, 17 de noviembre de 2012

Informe sobre el Proyecto de reforma de los mercados de capital de la República Argentina


por Lic. Gabriel Wolf y Lic. Gustavo Smith

 El reciente anuncio del Gobierno Nacional de que enviará al Congreso de la Nación un proyecto de ley de reforma del mercado de capitales tiene como objetivo corregir los problemas vigentes de ese ámbito financiero, y al eliminar la auto-regulación, que incluso es criticada por organismos internacionales, se pretende dar un fuerte impulso el desarrollo del mercado local.
De este modo, el hecho de alinearse con los requerimientos que, en materia de regulación, exigen los organismos internacionales se podrá lograr el desarrollo de un mercado de capitales amplio y moderno en pos de transformarlo en un canal fundamental para el desarrollo económico y el crecimiento del país.
Por supuesto que quienes ven en este proyecto el fin de un negocio para pocos han logrado propalar en los medios hegemónicos de comunicación un mensaje confuso, intentando descalificar los objetivos reales que persigue este proyecto.

Contexto Internacional

Las crisis internacional que sigue envolviendo al mundo entero, en particular, a aquellos países de la zona euro, ha puesto en evidencia los serios perjuicios de contar con regulaciones ineficientes o insuficientes sobre los mercados de capital, al haber generado efectos nocivos a los sistemas financieros y a las economía nacionales.
Las políticas de liberalización financiera y comercial que han adoptado los gobiernos de gran parte de países del mundo durante los años ’90, producto de las promesas que traía aquel paradigma neoliberal del libre mercado, dejó a muchos países en niveles de vulnerabilidad muy profundos y a los mercados financieros en una volatilidad descontrolada. Lo que hoy sucede en Europa es una clara muestra de ello.
La implementación de aquellas políticas ha producido grandes cambios estructurales en los mercados financieros: la limitación de facultades de los organismos reguladores, la libre actuación de las Entidades Autorreguladas -que con el tiempo se demostraron ineficientes- la creación de productos financieros demasiado sofisticados -que no eran comprendidos ni siquiera por quienes los transaban- y una fenomenal dependencia de los países y de los mercados de las Agencias Calificadoras de Riesgo.
En particular, la estrategia de limitar las facultades de los organismos reguladores, delegando las mismas en los propios mercados -bajo el modelo de la autorregulación- ha demostrado ser ineficaz atento el conflicto de interés que se plantea en estas Entidades entre su rol de vigilancia y el hecho que sus miembros fueran los actores de los negocios que allí se propiciaban.
Asimismo, en el caso de las Calificadoras de Riesgo, ha quedado claro que no han sabido cumplir con el rol para el cual fueron creadas, puesto que no pudieron o no quisieron advertir los riesgos de los productos que se ofrecían a los inversores. En este rubro, se fue generando un oligopolio donde sólo tres entidades ligadas a grupos financieros eran las que brindaban sus informes en forma periódica y con dudosa independencia de criterios.

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