domingo, 11 de noviembre de 2012

Reflexiones




Frente a la necesidad de administrar inteligentemente las divisas para el desarrollo productivo y social del país, el proceso de crecimiento con inclusión social implicó una cuidadosa estrategia de regulación del tipo de cambio, de forma de poder disponer de las divisas necesarias para el crecimiento de la capacidad productiva nacional. En este sentido, la regulación del valor del peso en relación al dólar fue uno de los pilares principales del modelo económico que estimuló la sustitución de importaciones y la colocación de productos argentinos en el exterior.
Hay que estudiar lo que sucedió en el pasado a nuestro país y lo que ocurrió en otros países de la región para estar preparados y desarrollar propuestas de instrumentos de políticas económicas acordes al proceso actual de crecimiento de la economía local. Por ejemplo, en Perú, cuando asumió en julio de 2011 su actual Presidente, Ollanta Humala, poderosos actores económicos con inclinaciones enfrentadas en relación a su propuesta de gobierno trataron de desestabilizarlo. Humala había ganado las elecciones con una propuesta de administración poco amigable para los mercados. Finalmente, el Presidente electo tuvo que negociar con los grandes grupos económicos y desarrollar una política económica afín a sus intereses, a cambio de la estabilidad que requería su gobierno.
En rigor, en nuestro país los sectores especulativos y rentísticos tratan de generar inestabilidad en el mercado y esto se agudiza por la delicada situación internacional. Son aquellos que se ven perjudicados materialmente por las actuales medidas, y políticamente por la pérdida de poder en la fijación de planes económicos y capacidad de veto en las políticas económicas.
El proyecto productivo logró lidiar con las lamentables secuelas de más de dos décadas y media de antidesarrollo neoliberal; hoy estamos frente a un proceso donde surgen las tensiones propias de la distribución de una renta nacional creciente en un marco de inestabilidad del contexto económico internacional. Esta crisis global se expresó, principalmente en los últimos meses, en los crecientes desvíos de saldos de exportación asiática rechazados por los centros de consumo mundial, en la remisión de utilidades al exterior de las grandes empresas extranjeras instaladas en el país y en el fortalecimiento internacional del dólar como reserva de valor.
La complejidad del análisis del problema de la restricción externa y, operaciones mediáticas mediante, generaron una perspectiva de devaluación del peso en un contexto donde los ahorristas, a fuerza de crisis confiscatorias, han adaptado su forma de ahorro a un esquema conservador que posee como principal mecanismo de acumulación el atesoramiento de moneda emitida por la Reserva Federal de Estados Unidos.
En este escenario, el acelerado crecimiento de la fuga de capitales implicó la necesidad de instaurar, en una primera etapa, una política de utilización de las divisas cuidadosa y cautelosa. A medida que transcurrieron los meses, desde su implementación, se fueron corrigiendo sobre la marcha algunas dificultades lógicas de instrumentación.
En este marco, el gobierno ha tomado nuevamente fuertes decisiones de política económica que apuntan a sostener el proyecto de crecimiento con inclusión social. La consolidación requiere profundizar el proceso de desarrollo de la capacidad productiva local, en un marco de alianzas con los otros países de nuestra región o en proceso de desarrollo, que permita garantizar la soberanía económica de la nación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario